Buen miércoles a todos los kombinautas que están de guardia esperando que subamos un artículo más para facilitarles la vida antes de comprar su tan soñada kombi. Y, ahora que pensamos, ¿por qué no desear un buen jueves a los que nos leen mientras desayunan al día siguiente? Mejor, deseamos un buen día, sea cual sea, a todos los kombinautas que nos siguen en esta empresa, loca para muchos y que termina por ser un sueño de vida para pocos: para los que tienen coraje.
Y ya que hablamos de coraje, este artículo va de la mano con la valentía. Muchos de los que nos siguen, nosotros nos incluimos en el grupo, saben muy poco sobre mecánica; y una de las decisiones que hay que tomar (sin querer adelantarles, pero sólo para picantear un toque, informamos que muy pronto saldrán artículos para orientarse si la kombi realmente es para vos), es la de aprender sí o sí sobre mecánica. Y con eso no queremos decir que tenés que ser un gran maestro de la carburación, un cuántico de los motores o un erudito en chasis, sino más bien tenés que dominar algunos conceptos básicos a la hora de reparar posibles problemas y daños. Para lanzarles una imagen más clara: al tener una kombi, habrá momentos en los que tendrán que ser como MacGiver y resolver problemas con una navaja suiza, una pinza y un rollo de alambre.
La kombi en ese sentido, posee tanto sus ventajas como sus desventajas. La desventaja es -lo que venimos diciendo desde los inicios de este proyecto- que el auto tiene sus años, y no son pocos. Al ser un vehículo muy antiguo, es bastante probable que haya problemas. Por más que el mecánico haga una revisión completa, eso no garantiza que en algún momento pase algo y tengas que parar en la ruta para arreglar algo. La ventaja viene de la mano con la desventaja.
Justamente por ser un auto con sus años, es bastante posible que los arreglos emergenciales los puedas hacer vos mismo, con una pinza, una navaja suiza y un rollo de alambre al estilo MacGiver. Pero no te emociones mucho, ya que hay cosas en las kombis que son prácticamente irreparables o directamente reparables por el precio de una kombi nueva. Por lo tanto, preparate un mate o un café y lee con atención el listado de tips que vamos a poner en la secuencia para que sepas exactamente lo que tenés que ver en la mecánica de una kombi antes de comprarla.
Que no la muevan
¿Parece raro? Y, sí; parece más qué raro que en un artículo sobre macánica alguien te diga algo como “fíjate que no la hayan movido”. Pero ustedes ya nos conocen, somos medio raritos.
Fíjense en las fotos. Si te mandan una foto de la Kombi en un lugar, y cuando llegás para verla está en otro, desconfiá. ¿Por qué? Porque muchas veces algunos vendedores de humo querrán encajar un auto viejo al precio de uno reciclado: el famoso cambiar gato por liebre. Y si la Kombi está en otro lugar, lo más probable es que la movieron porque había un charco de aceite oceánico goteando desde hace mucho. Así que, si eso llega a pasar, decile al dueño que no la mueva y volvés otro día a mirarla.
Si, en cambio, la kombi está en el mismo lugar de la foto, fíjate abajo que no haya manchas de aceite en el piso. Les juramos que el simple hecho de hacer eso ya les va a dar mayor credibilidad y el propietario sabrá que no está intentando vender una kombi a un adolescente que quiere hacerse la vida de manera hippie.
Que tenga ruido de helicóptero
El motor es el órgano principal del auto y, como corresponde, es el más complicado. Como ya dijimos antes, es el corazón de la kombi, pero ya que no tenemos los años de práctica de un cardiólogo de autos, podemos al menos poner voluntad y escuchar ese corazón mecánico. Prendé el motor y fíjate en el ruido, es importante que haga un ruido de helicóptero, ni más ni menos.
¿Cómo lo voy a saber?, posiblemente nos esté preguntando uno u otro lector. ¡Lo vas a saber, vas a escuchar y vas a decir “Sí, suena como un helicóptero” o “No, suena como el abridor de latas viejo de la casa de la abuela”.
Lo decimos así porque el motor de la kombi es una antigüedad, pero es de esas antigüedades bien hechas, proyectadas para durar por años. El ruido, por lo tanto, tiene que ser lo más similar posible al ruido de un helicóptero. Com batimentos compasados y constantes, ni tan rápido como un auto de Fórmula 1, ni tan despacio como de un tractor,, ni tan ruidoso como el de un bondi y ni tan silencioso como el de un auto eléctrico. Tiene que estar en la medida justa, acordate de esto: tiene que sonar como un helicóptero.
¡Casi se nos olvida un tip!
Pero felizmente no nos olvidamos. Antes de que prendas el motor, fíjate que no haya juego axial. El juego axial se da básicamente por el desgaste de las piezas ligadas a la correa: la cinta y las dos engranajes que las atan. Para verificar eso tenés que agarrar la cinta con las dos manos y moverlas hacia adelante y hacia atrás. No tiene que haber movimientos, las piezas tienen que estar en su lugar sin ningún juego y la cinta es lo único que tiene que moverse por su elasticidad.
Si cualquier cosa se mueve, no compres ese auto, lo más probable es que el juego axial termine de desgastar el motor y en menos de un año tengas que rehacerlo, lo que sale una fortuna. Por eso te decimos que hagas eso antes de prender el motor. Primero para que no te quemes las manos, y segundo porque, con el calor, las piezas tienden a dilatarse y, por más que seas el superman y logres no quemarte las manos, no podrás fijarte realmente si hay o no juego axial.
Últimas dos cositas
Últimas pero bastante importantes: cubiertas y batería. Es básicamente imposible que las cubiertas sean las originales, y sí lo son, está mal ya que estamos hablando de una cubierta que tiene como mínimo cincuenta años y no te va a servir ni siquiera para llegar a la esquina. Pero fíjate que en las cubiertas venga escrito 185 R, de carga.
Otra cosa sobre las ruedas: todas tienen que estar gastadas por igual. Si hay un desgaste más grande en una que en otra, lo más probable es que el auto no esté muy bien balanceado.
El mismo principio que usaste para las cubiertas, lo vas a usar para la batería. Es imposible que sea original. Fíjate que la batería sea nueva, que no haya manchas de oxidación y que los cables estén en buen estado.
Hasta acá llegamos, kombinautas. Si te fijas en todo lo que decimos ya te aseguras de comprar un auto que al menos se mueva hasta el mecánico para los futuros ajustes. Nos encontramos la semana que viene a la misma hora.
