¿Cuáles son los sistemas de una kombi?

Bienvenidos, Kombinautas, a un miércoles más de informaciones mecánicas y alegorías insólitas sobre el funcionamiento de la kombi. 

Para los que no saben, una alegoría es, básicamente, un conjunto de metáforas; y la metáfora es una comparación algo estrambótica con pretensiones poéticas. Nosotros, de 3veces3, creemos en el poder pedagógico de las imágenes y, justamente por eso, recurrimos a las metáforas como un modo de explicar algo complejo como la mecánica. 

Dicho esto, empecemos con el delirio. 

Si la semana pasada vimos que los neumáticos son los calzados de la kombi -y, si aún no lo viste, te recomendamos que repases en contenido haciendo click acá– esta semana vamos a entrar en un tema más amplio y general.
Para los que no se acuerdan de las clases de biología, les vamos a recordar que:

1. La estructura mínima es la célula. 
2. Un conjunto de células forma un tejido.
3. Un conjunto de tejidos forma un órgano.
4. Un conjunto de órganos forma un sistema.

Y ese es el punto en donde ustedes piensan que entraron en el blog equivocado, o que, directamente, el equipo de redacción se volvió loco, y entonces se preguntan:

¿Por qué me están hablando de biología?

Esa es la parte que más nos encanta, porque amamos la respuesta:

Porque lo mismo pasa con las kombis!

Básicamente, la mecánica de la kombi está conformada por varias piezas que, podríamos decir, serian como las células: desde un tornillo hasta una chapa metálica que no sabemos para qué sirve; esas piezas, una vez unidas entre sí, conforman un tejido: la caparazón del motor, por ejemplo; los tejidos, puestos en funcionamiento, van a generar un órgano: el propio motor; y ese órgano, por fin, será en componente de uno o vários de los sistemas: el sistema de arranque, para seguir con la alegoría. 

Si los sistemas forman el cuerpo humano, para nuestro objeto de estudio, los sistemas formarán la kombi.

Una vez que pudimos lucir nuestras brillantes capacidades para crear metáforas y alegorías, pasemos algo más factual. En el artículo de hoy no vamos a tomar todos los sistemas, sino que abordaremos los principales y comentaremos brevemente sobre cada uno de ellos. Como ustedes se acuerdan, en el inicio de esta nueva etapa, más exactamente en el artículo introductorio sobre mecánica, dijimos que nuestra perspectiva pedagógica va del vuelo más panorámico hacia la mirada microscópica de los temas. En esta fase, lo que estamos haciendo es acercándonos más a la generalidad de cada tema mecánico. Den por sentado que, en un futuro no muy lejano, cada pieza tendrá su propio artículo. 

Abordaremos, por lo tanto, los siguientes sistemas:

Dejaremos afuera otros sistemas que abordaremos más adelante pero ahora nos queremos centrar en los importantes.

Si los neumáticos son los calzados, las ruedas serían los pies. El sistema de frenos entonces, sería todo lo que involucra nuestra capacidad de no caer en un agujero cuando estamos corriendo: músculos y tendones incluídos. 

Aunque existen variaciones -como los sistemas de frenos mecánicos y los sistemas de frenos neumáticos- básicamente todas, o la gran mayoría de las kombis, poseen un sistema de frenos hidráulico. Ese sistema está compuesto por varias partes, los “órganos”, incluyendo el pedal de freno, las líneas de freno, los cilindros de freno, los tambores o discos de freno y las pastillas o zapatas de freno.

Así como a nadie se le ocurre salir a correr sin tener zapatillas adecuadas y con un tendón roto, y si le duele algo consulta un médico; en el caso del sistema de frenos es importante mantener en buen estado cada una de sus partes, haciendo la realización de mantenimiento preventivo, como la revisión regular de los frenos, el reemplazo de piezas gastadas o dañadas, y la purga del sistema de frenos. 

Nosotros, entre los músculos y tendones, tenemos algo llamado líquido sinovial. Pues las kombis también tienen su paralelo. En el caso de los frenos el líquido es un componente crítico del sistema. Por lo cual es necesario verificar regularmente su nivel y cambiarlo según las recomendaciones del fabricante.

Aunque nuestras piernas puedan ayudarnos a frenar y no entrar en agujeros por las calles, hay otras partes del cuerpo que nos ayudan a mantener el tronco y la cabeza en esplendor y nos dan la posibilidad de sonreír y flertar mientras estamos corriendo. Las rodillas y las caderas, más allá de darnos elegancia al movimiento, nos sostienen. 

Justo arriba del sistema de frenos de nuestra kombi, podríamos ubicar el sistema de suspensión. Ese sistema también tiene sus “rodillas” y sus “caderas”, llamados por los expertos de muelles helicoidales (o ballestas), amortiguadores, brazos de suspensión, barra estabilizadora, rótulas y bujes.

El sistema de suspensión, como también las rodillas y la cadera, necesitan un buen tratamiento y revisiones continuas. Para mantenerlo ATR y poder salir tranquilo con tu kombi es necesario: Realizar revisiones periódicas y cambiar los componentes desgastados o dañados, revisar los niveles de líquido hidráulico de los amortiguadores, evitar sobrecargar la kombi y conducir con precaución en terrenos irregulares y también hacer el alineamiento y balanceo de las ruedas para evitar el desgaste irregular de los neumáticos.

Y, por último, del mismo modo que te compras un short nuevo porque aquel antiguo ya tiene más agujeros que un rallador de quesos, hay partes del sistema que necesitan ser cambiadas a cada tanto, y cada parte tiene su vida útil antes de necesitar ser reemplazado.

Es importante tener en cuenta que frente a cualquier anomalía o ruido extraño de la suspensión es importante una revisión inmediata.

El sistema de dirección es algo similar a los comandos de nuestro cerebro a nuestras piernas. Y como tal también tiene sus órganos y sus cuidados. Está compuesto por la caja de dirección, el mecanismo de dirección y la dirección de los neumáticos.

Es uno de los sistemas fundamentales y exige revisión regular ya que cualquier tipo de desgaste puede generar problemas entre los comandos del conductor y la dirección -en sentido literal- que toma el auto. Un buen mantenimiento del sistema de dirección requiere la revisión y cambio de aceite en la caja de dirección, la revisión de los neumáticos y el sistema de suspensión, así como la revisión del estado de las piezas que componen el mecanismo de dirección.

Como dijimos, los sistemas están vinculados y es importante que los neumáticos estén alineados para evitar desgastes en la totalidad del sistema. Es recomendable revisarlo al menos una vez al año o cada 10.000 km, así mismo, si llegás a notar cualquier comportamiento raro como vibraciones y mala respuestas de la dirección, andá al mecánico lo más rápido posible, o más bien, muy despacio pero con cierta urgencia.

Es un sistema que anda en conjunto con los otros sistemas, y está compuesto por el motor, la caja de cambios, el embrague, la transmisión propiamente dicha y los ejes. Es de los sistemas más sensibles puesto que la kombi, por ser un vehículo antiguo, tiene piezas difíciles de encontrar, con lo cual recomendamos que tengas especial cariño por el sistema de transmisión de tu kombi. Para tratarlo bien es importante seguir los intervalos de mantenimiento recomendados, cambiar el aceite de la caja de cambios y revisar regularmente la presión y el estado de los neumáticos.

Otro factor que ayuda en la manutención del sistema de transmisión es el “trato” que tenés con tu kombi al momento de manejar: evitar maniobras bruscas, pasar los cambios en el momento adecuado y hacer lo máximo para mantener baja la temperatura del motor son tips que te ayudarán a conservar los “órganos” del sistema por más tiempo.

En cuanto a la revisión, este es un caso muy particular, ya que dependerá del trato y del estado de las piezas.

El sistema de refrigeración tendría la misma función que el sudor. Sudamos para bajar la temperatura del cuerpo, lo mismo pasa con la kombi. Está compuesto por el radiador, el termostato, la bomba de agua, el ventilador, el refrigerante y las mangueras.

Un calentamiento del motor puede generar un calentamiento general del auto e implicar daños irreparables para tu kombi. Por eso es esencial mantener el sistema de refrigeración limpio y libre de obstrucciones, para evitar que el motor se sobrecaliente y causar daños graves.

El sistema de combustible es, manteniendo la alegoría, el responsable por distribuir energía al cuerpo de la kombi. Está compuesto por el tanque de combustible, la bomba de combustible, el filtro de combustible, el carburador o inyectores de combustible, las líneas de combustible y el regulador de presión de combustible.

Para mantenerlo en buen estado es importante usar combustible de buena calidad, cambiar el filtro de combustible regularmente, mantener las líneas de combustible limpias, verificar el nivel de combustible regularmente, evitar conducir con poco combustible, y realizar inspecciones periódicas del sistema de combustible para detectar posibles problemas.

El sistema eléctrico es, como el anterior, otro de los responsables por la energía del cuerpo de la kombi. Está compuesto por el alternador, el motor de arranque, los fusibles, los relés, los cables eléctricos y los conectores eléctricos.

Es de los sistemas más complejos y por eso recomendamos que frente a cualquier mal funcionamiento mandes tu kombi a una revisión con un profesional de confianza, ya que una instalación incorrecta o descuidada puede causar problemas en el sistema eléctrico y afectar el funcionamiento de otros componentes del vehículo.

El sistema de iluminación de la kombi sería básicamente los ojos de tu auto. Está compuesto por los faros delanteros, luces traseras, luces interiores, luces de matrícula, luces de freno y luces direccionales. Más allá de las multas ocasionales si alguno de estos ítems no funciona, la iluminación es de suma importancia al momento de manejar, de estacionar y hasta de hacer paradas rápidas, por lo cual recomendamos mantenerlo siempre en buen funcionamiento.

Como hemos dicho antes, los sistemas se interconectan y muchas veces si hay falla en uno puede haber falla en otro. Un buen ejemplo es este: si hay un mal funcionamiento del sistema eléctrico, lo más probable es que el sistema de iluminación presente fallas. Antes de salir, verificá cada uno de estos puntos que mencionamos arriba.

Este sistema en particular es el que más depende de los otros y el que va a permitir que viajes tranquilo. Incluye diversos componentes como cinturones de seguridad, airbags, frenos ABS, luces de advertencia, entre otros.

Para mantener en buen estado el sistema de seguridad en las kombis, es importante seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a mantenimiento y realizar revisiones regulares en talleres especializados.

Se recomienda revisar el sistema de seguridad de la kombi al menos una vez al año o cada 10.000 kilómetros recorridos.

Y, por último, recomendamos que el conductor -como el capitán del barco- se responsabilice por el uso correcto del sistema de seguridad, se asegura que tanto él cuanto los pasajeros utilicen los cinturones y que maneje siempre respetando las normas. 

Hasta acá llegamos, kombinautas. Como hemos dicho, en esta etapa del vuelo nos acercamos un poco más y, en un futuro, abordaremos cada sistema con la exactitud necesaria para que no te quede ninguna duda. Si hay, por otro lado, consejos, comentarios, felicitaciones o cualquier tipo de duda, no dejes de escribirnos.

¡Nos vemos el próximo miércoles!